Verkäuferin, Verkäuferin...

Verkäuferin, Verkäuferin... aus die Santa Fe Straße! (vendedora, vendedora... de la calle Santa Fe) jaja

(Si es que está bien escrito, en mi rudimentario alemán.)

Bueno, como sea... emprendo esta tarea de escribir en mi blog, que lo tengo medio como descuidado. No es que me importe dejarlo descuidado... ni que fuese un ser vivo o algo así... ni que tuviese algún tipo de "consideración" por los 4 gatos locos que puedan llegar a leerlo, y se desilusionen cuando, al abrir http://pochwer.blogspot.com, se encuentren con que poch no ha actualizado una mier**

Pero bueno, lo hago simple y llanamente porque se me viene en ganas. ¿No hay cosa mejor que hacer lo que te viene en gana? jaja, al menos una vez de vez en cuando...

Yo soy de esos que piensan que de "hacer lo que nos venga en gana", el mundo estaría lleno de catadores de cerveza y profesiones por el estilo, y no existirían contadores, ni doctores, ni ingenieros, ni nada "aburrido".

Yo creo que hay que hacer lo que te viene en gana, pero como excepción, no como norma... como una manera de sentirse libre. Si no se hace de este modo, si se consume eso de "hacer lo que te viene en ganas" hasta sus propias heces, te volverías una especie de adicto, de "convicto de tu propia libertad".

Esos gritos de "libertad", tienen que salir de la opresión, alguien que no es esclavo de algo, y rompe sus cadenas como excepción, no puede comprender lo que se siente... necesitamos un medio hostil para sentirnos rebeldes.

Y no es una norma para la vida... porque no es inflexible, porque si lo fuese, se caería en la opresión de la no libertad de la norma. Es un criterio maleable a seguir medianamente, digamos que es "pilotearla"... porque no hay que consumir nada hasta las heces, no hay que ser "fanático" de nada ni de nadie, no hay recetas mágicas, más que sentido común y el buen criterio. Me revienta mucho todo lo que sea moda: en un momento tal vez algo esta "bueno"... algunos lo traen y lo usan, y otros los siguen, y así hasta que termina por asquear, terminan por llevar algo que tal vez era bello a un hartazgo, como empacharse con dulce de leche.

Seré un cabrón, pero soy un cabrón que conoce ese grito de libertad.

Ese grito del "oprimido" que no quiere ser opresor, que quiere solo tocar por un minuto o unas horas a la verdadera libertad, para añorarla y tender a ella. Para observar una estrella de Belén en nuestros posmodernos cielos, esos cielos plomizos de la era que nos toca vivir, esos cielos de los que caerá inminentemente una gran lluvia... para luego despejarse, y dejar que los "libres" irradien su luz sobre todo lo que antes era oscuro, en un verdadero "mediodía" para la humanidad...



He flasheado. He tocado de oído...